30 de marzo de 2009

DOMINGO DE PASIÓN ...

El de ayer un día inolvidable. Comenzó temprano, aunque quizás no tanto como debiera y con el cuerpo cortado como consecuencia de un siempre fastidioso cambio de hora.
Con el paso de las horas se sucedieron los acontecimientos y los sentimientos. Despacito, alargando el día, como no queriendo que acabara. Desde encontrar al pregonero con sus pastas saliendo de su casa en la calle Águilas, los buenos días en un bar a los amigos, la visita a la Capilla del Rosario, los minutos previos al pregón, el Pregón en sí (para que decir más, si el Pregón ya lo dice todo), la comida posterior en el Alcázar, los besapiés, besamanos, el paseo y la compañía; y el broche final del día: tomar a la Virgen de Loreto entre mis brazos para llevarla a su Casa de Oro. Ese momento emotivo e inolvidable que aunque no quería vivir, me ha llenado plenamente.
Ayer se me abrieron los ojos... sí, dejé la oscuridad del día a día y las rutinas para encontrarme de golpe con las luces de la primavera y el final de la Cuaresma.
Y es que ya, huele a incienso en la Campana.


Texto: www.volantesylunares.blogspot.com

1 comentario:

Lucía dijo...

que sorpresa esto aquí!!