11 de abril de 2007

CRÓNICA DE UN VIERNES SANTO...



Decisión valiente y acertada de San Isidoro. Javier Ramos Sáez. ARTE SACRO



Después de tres años en el ostracismo, sentidas como tres caídas, la hermandad de San Isidoro volvió, con valentía poco propia de su rancidez, a salir por las calles de Sevilla en la Pasión de Cristo.

Parecía ya casi inmemorable el recuerdo de los cofrades más jóvenes cuando veíamos pasar a Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y a Nuestra Señora de Loreto bajo el abrigo de la multitud insaciable en la evangelizadora presencia de estos dos pasos.

Cuando ya parecía el día de tinte nefasto bajo las funestas noticias de la O, la Soledad, la Carretería en la Anunciación y el Cachorro, que decidía volverse a su templo, bajo ese cielo nuboso y chispeante, la hermandad de San Isidoro decidía poner su Cruz de Guía en la calle Luchana , bajo el asombro de los nazarenos, acólitos, penitentes y público en general.
Fue una decisión muy valiente por parte del Hermano Mayor y del Diputado Mayor de Gobierno, que mientras estaba chispeando decidieron, junto con la Junta de Gobierno, dar luz verde a la procesión. La cofradía salió bajo una tregua de tres horas que daban los servicios de meteorología, auspiciando una estación de penitencia rápida y fugaz a priori. Aún así la Cruz de Guía salió bajo un cielo tenue y las gotas del techo celeste resbalaban sobre la insignia conductora.
En la decisión seguro que influyeron los tres años sin salir de esta archicofradía, que se negaban a aceptar un nuevo vuelvo a sus corazones en la decisión negativa de privar a todos sus hermanos el hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.

Es verdad que no pasa nada si la cofradía no se sale; también es una obligación dentro de las Reglas el hacer protestación de fe pública, pero si las condiciones no son favorables no hay porqué tener en posibilidad de riesgo un patrimonio adquirido bajo el peso de los siglos.
A la Junta le toca mandar y solucionar las decisiones de todos los hermanos, bajo su persona recae toda nuestra responsabilidad. Siempre son decisiones difíciles y, equivocadas o no, tienen que ser aceptadas y acatadas sin desconsideración alguna.

Al fin pudimos ver a Nuestro Señor de las Tres Caídas, que tras tres años sin salir, supuso un milagro el verlo por sus calles, al abrigo del público y los saeteros, que echaron de menos dar su cante en insoslayable armonía con el Señor y su Bendita Madre. El cielo se adaptó a las pretensiones de la hermandad, dejó de chispear cuando el Señor salía de la parroquia de San Isidoro y el Sacri le daba la bienvenida un año más. El tiempo se mantendría en igual comunión todo el trayecto. Por ello, la hermandad de Monserrat y la Mortaja decidieron salir bajo la decisión arrolladora, elocuente, valiente y positiva de San Isidoro.

Esta ha sido una crónica de un Viernes Santo, y no uno cualquiera, ya que se recordará que los prototipos de decisiones de hermandades de ruán negro y esparto no son siempre las mismas, que no hay que encasillar a estos tipos de cofradías. Se recordará la valentía isidoriana y la hermosura de esa noche en la que el misterio y el palio de San Isidoro embellecieron las calles de Sevilla. Se acabó la mala suerte.

6 comentarios:

Enrique Henares dijo...

Recuperar la cofradía de San Isidoro fue además de una sorpresa un placer.
Lo que no me gustó tanto es encontrar más gente de la habitual a su regreso, las Tres Caídas de vuelta siempre ha sido cosa mía y de muy poquitos más.

Kiski dijo...

Me alegro muchisimo por ti

Y muy poco por mi que no solo no salí en la O sino que encima me perdí a San Isidoro.

Un Saludo

Les Corts dijo...

Aunque me he alegrado mucho por tí, coincido con pregonero; ésta San Isidoro no es la mía, había demasiada gente. Aunque sigue siendo de esas cofradías que como las Penas, da gusto ver desde la Cruz al Preste.
Enhorabuena amigo.

Lucía dijo...

El mejor recuerdo del día es, sin duda, ver al Señor en la calle.
Pero en segundo lugar, me quedo con las caras de ilusión de buenos amigos que lo disfrutásteis. Veros salir con tanta alegría e ilusión no tiene precio.
Me quedo con muchísimos buenos recuerdos de estos días y con dos regalos muy especiales de los pasos (GRACIAS!).
En breve pasaré las fotos (eso espero).

MAPP dijo...

Felicidades, Txomin!!. Fue único ese momento, teniendo yo relevo en la calle Jesús de las Tres Caídas y verte por fin ataviado con tu sudadera de San Isidoro, despeinado y comiéndote el bocadillo que, supongo, mejor te ha sabido en mucho tiempo, un Viernes Santo sin lluvia (a esa hora).

Un abrazo, figura.

Javier Arias dijo...

Gracias a todos de verdad. La cara de felicidad demostraba todo lo que habia disfrutado. Fueron muchos momentos y recuerdos que provocan volver a sonreir. Había que derrachar tanta aegría algun dia.

Pd: Si no recuerdo mal, fueron casi 3 bocatas...jejejeje

Un abrazoa todos